El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control. Existen distintos tipos de cáncer de mama.
Los síntomas del cáncer de mama son distintos en cada persona. Algunas personas no presentan ningún síntoma.
Estudios han demostrado que el riesgo de tener cáncer de mama se debe a una combinación de factores. Los principales factores que influyen en el riesgo de una persona incluyen ser mujer y hacerse mayor.
Una mamografía es una imagen de la mama tomada con rayos X. Los médicos usan las mamografías para buscar signos de cáncer de mama en sus etapas iniciales. Las mamografías habituales son las mejores pruebas con que cuentan los médicos para detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales.
El cáncer de mama se trata de varias maneras. Esto depende del tipo de cáncer de mama y del grado de diseminación. Las personas con cáncer de mama a menudo reciben más de un tipo de tratamiento.
Una mamografía, o radiografía de mama, sigue siendo el estándar para la detección temprana del cáncer de mama. La compresión de la mama durante una mamografía no puede causar cáncer ni propagarlo. De hecho, una compresión más firme durante una mamografía produce imágenes más claras que son más fáciles de interpretar para el radiólogo.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, "los beneficios de la mamografía casi siempre superan el posible daño causado por la exposición a la radiación. Las mamografías requieren dosis muy pequeñas de radiación. El riesgo de daño por esta exposición a la radiación es extremadamente bajo". La recomendación estándar es someterse a una mamografía anual a partir de los 40 años. Base su decisión en la recomendación de su médico y asegúrese de discutir cualquier pregunta o inquietud que pueda tener con su médico.
Las lesiones en el pecho no causan cáncer. Las lesiones causadas por accidentes automovilísticos o un golpe en el cuerpo, por ejemplo, pueden provocar dolor, hematomas o sangrado, lo que puede resultar en la acumulación de sangre en la mama conocida como hematoma. Además, la necrosis grasa, o cicatrización del tejido mamario, puede ocurrir después de una lesión, cirugía o biopsia. En general, estas lesiones sanan por sí solas con el tiempo; sin embargo, si se realiza una mamografía después de una lesión, esto puede implicar imágenes adicionales.
Ocasionalmente, un diagnóstico de cáncer de mama puede seguir después de una lesión, simplemente porque la lesión llamó la atención sobre un bulto que ya se había formado previamente. Sin embargo, la lesión no causó el cáncer, este ya estaba presente.
Si sabe que tiene tejido cicatricial de una lesión anterior o ha sufrido recientemente una lesión en el pecho, informe a su médico antes de su próxima mamografía. También, es una buena idea hablar con su médico si está experimentando dolor en el pecho, una lesión reciente, hinchazón, cambios en la piel alrededor de su pecho o cualquier cosa que sea inusual para usted.
No hay una conexión entre el tamaño de los senos y el riesgo de cáncer, aunque a veces puede ser más difícil examinar senos más grandes. Sin embargo, la obesidad y la densidad mamaria pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Además, la historia familiar y el estilo de vida también pueden influir en las probabilidades de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres con senos más grandes tienen más probabilidades de presentar dolor de espalda, pero esto no es un factor de riesgo para el cáncer de mama.
Sin importar el tamaño de sus senos, es importante realizar exámenes regulares, chequeos y mamografías. Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente también puede ayudar a tu salud en general y reducir los factores de riesgo de cáncer de mama.
Si bien la mayoría de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres de mediana edad o mayores, el diagnóstico de cáncer de mama puede ocurrir a cualquier edad o en cualquier momento. Aproximadamente el 9 por ciento de los nuevos casos de cáncer de mama en los Estados Unidos se encuentran en mujeres menores de 45 años y estos casos tienen más probabilidades de detectarse en una etapa posterior, según el CDC.
En general, las mujeres en los Estados Unidos tienen una probabilidad de 1 entre 8 de desarrollar cáncer de mama en su vida, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Sin embargo, el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad. Es importante comprender los factores de riesgo del cáncer de mama, los signos y síntomas tempranos, así como realizarse mamografías y visitar a su médico regularmente.
Curiosamente, el dolor de mama generalmente no es un signo de cáncer de mama. De hecho, se estima que sólo alrededor del 1 por ciento de las mujeres recibirán un diagnóstico de cáncer después de sentir dolor en el seno.
El síntoma más común de cáncer de mama, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, es un nuevo bulto en el seno, aunque la mayoría de los bultos en sí mismos no son cancerosos ni dolorosos. Otros síntomas potenciales de cáncer de mama pueden incluir hinchazón, cambios en el pezón o la piel, secreción, ganglios linfáticos inflamados y, ocasionalmente, dolor en el seno o en el pezón. También, es importante recordar que muchos de estos síntomas también pueden ser signos de problemas benignos (no cancerosos). Del mismo modo, el dolor de mama puede ser el resultado de una serie de factores, como un sostén inadecuado, hormonas, una lesión o retención de agua.
Si bien llevar el teléfono celular en el sujetador puede no ser la opción más cómoda, no causa cáncer de mama. Los estudios sobre las señales de teléfonos móviles no han mostrado ninguna conexión entre el uso del teléfono y el cáncer; los científicos continúan monitoreando las señales celulares en busca de posibles impactos a largo plazo.
No obstante, para evitar posibles quemaduras en la piel u otros problemas, es ideal mantener el sujetador para su uso previsto y llevar el teléfono móvil en una bolsa, cartera o bolsillo.
Sin importar el estilo, los sujetadores no causan cáncer. No hay evidencia que respalde el mito de que el líquido linfático se ve restringido cuando se usa un sujetador con varilla o algún otro tipo de ropa, aunque los sujetadores que no quedan bien pueden causar incomodidad e hinchazón.
Del mismo modo, no hay evidencia que respalde la idea de que no usar sujetador reduce el riesgo de cáncer de mama. En última instancia, es importante encontrar un sujetador que le quede bien y se adapte a su estilo de vida, ya sea que prefiera aros o no.